martes, 17 de julio de 2012

Agatha Ruiz de la Prada: "Cuando éramos pobres éramos mucho más elegantes"

Auténtica, colorista, genuina, extravagante, divertida, atrevida, desenfadada, atípica... estos y tantos adjetivos más describen a una diseñadora, artista y creadora como es Agatha Ruiz de la Prada. Lo bueno es que nos ahorramos su presentación: todos sabemos quién es y qué hace, y ese es su mejor logro. La pudimos ver de cerca en una escuela superior de negocios, entorno poco común en ella pero al que está recurriendo últimamente. Quizá por la visión personal y profesional distinta que da, el derroche de experiencia que transmite y la naturalidad con la que se comunica de igual forma delante de los medios o sin ellos.

En la jornada sobre el liderazgo de la mujer en la empresa, Ágatha asistió como ejemplo de empresaria de éxito y reconocimiento internacional. Todo lo que toca, lo "Agathiza" (perfumes, cascos de moto, cafeteras, muebles... ¡Incluso ha renovado un barrio de Portugal!). Ya ha perdido la cuenta de sus licencias. Ella misma podría construir un mundo "Agathizado", sin que apenas faltase de nada. Su marca, pues, no sólo se beneficia de la moda, y gracias a ello ha conseguido colarse en muchos rincones.


Para Agatha, "no hay cosa mejor para la depresión que trabajar". Si ha llegado donde está es gracias a su pasión por lo que hace. Todo lo que le enseñó su familia, lo que vivió de pequeña, le hizo ver que el trabajo "es la libertad, no la dependencia". Una forma de escape, de motivación, de ilusión... que sólo los que sienten esta pasión por su trabajo pueden aprovechar. Ella no se siente empresaria. No considera que "tenga una empresa" ya que, como ya decía su padre, siempre dice que va a "su estudio".  La sensación de hacer las cosas bien le ha facilitado el hecho de llegar hasta donde ha llegado a nivel internacional. Su sueño (y el de cualquier diseñador): París y Nueva York. Italia fue algo más fácil. En Portugal le han ido las cosas sorprendentemente bien. Igual que en Latinoamérica, dónde llegó por casualidad. Ambas experiencias las califica de "milagros".

 

Ágatha también ha vivido la crisis pero tiene su truco: "Ponerte objetivos más bajos", confiesa entre risas. "¿Para qué amargarte la vida?". Pues tiene toda la razón, siempre y cuando trabajes para ti mismo y tus recursos te lo permitan. No duda en bromear sobre la contabilidad: "También es buena para la depresión. Es como un juego de niños. Te puedes pasar tanto rato que olvidas todos tus problemas". Todo lo atrevida que es con la moda, en las cuentas confiesa que es muy temerosa.

Aunque pueda parecer lo contrario, Ágatha dice de si misma que es una persona austera. No le gustan las joyas y nunca la veremos con un bolso Louis Vuitton: "No sería yo, no va con mis principios". No se pasea con un gran Mercedes... su coche es un Toyota Prius. Tampoco cree en los cuerpos delgados como sinónimo de ideales. "No hay más que verme", bromea. Para ella el ahorro es muy importante y es esencial no deber nada a nadie para sentir que lo que haces lo haces bien. "Cuando éramos pobres éramos mucho más elegantes".

Terminó con un mensaje esperanzador. Para Ágatha el liderazgo consiste en demostrar que "la primera interesada eres tú". Apuesta por el conocimiento, las ganas y el ímpetu de los jóvenes: "De ellos siempre aprendo algo". Cree que debemos dedicar el máximo de tiempo a las nuevas generaciones.  Para la diseñadora, una de las cosas más emocionantes que ha vivido fue su primer desfile. Ahí fue cuando vio que realmente disfrutaba de su trabajo. Ojalá todos los jóvenes (o no tan jóvenes...) tengan algún día esa sensación. La de disfrutar con su trabajo, vivirlo con pasión. Vivir para trabajar, no trabajar para vivir. ¿Lo conseguiremos algún día?






Vídeo publicado en el canal de ESADE en Youtube. Sesión de ESADE Aumni junto con Salvador Victoria, consejero de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid

1 comentario:

  1. Al menos hay que reconocer que siempre ha aportado alegría y optimismo a la moda, incluso a la vida

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