No "Todo el mundo es bueno"...

El título del programa se mostró optimista desde el primer momento. Pero en la tele hay cosas que funcionan y otras que no, por mucho esfuerzo, productora y profesionales con los que cuente un proyecto y mucho bombo que se le haya dado a un espacio, incluso varios meses antes de su estreno.

Eso es precisamente lo que le ha pasado a "Todo el mundo es bueno". Un talent-show producido por La Competencia (creadora de otros formatos como Famosos al Volante, emitido por La Sexta) y presentado en Telecinco por José Corbacho y Pilar Rubio.

La mecánica del programa no era, ni mucho menos, un canto prodigioso al ingenio y a la innovación. Pero podría haber funcionado. Los concursantes, "artistas" anónimos con algún dote para la música, el humor, la interpretación, la imitación... defendían su intervención sobre el escenario frente un jurado implacable (el público del plató, más de 100 personas sentadas en las gradas) que decidía si el sujeto en cuestión (después de haber actuado durante dos minutos) pasaba o no a la siguiente fase del programa y conseguía llevarse calentito el premio final: 15.000 euros y el reconocimiento de unos minutos de gloria en televisión.

¿Recordáis aquel mítico programa de los 90 presentado por el gran Jordi Estadella y llamado "El Semáforo"? Pues aquí, por desgracia, no estaban ya ni el bueno de Estadella ni los frikies que, como Cañita Brava, por ejemplo, salieron de aquel espacio en el que el público daba cacerolazos cuando la actuación no había gustado nada. No. En "Todo el mundo es bueno" había mucha choni, mucho asiduo de after que movía la boca sospechosa y descontroladamente, amén de demasiado circo barato y facilón en el centro del plató. Un cuadro, vamos...

Si a ello sumamos que Pilar Rubio estaba, de nuevo, perdidísima y que, en la gran mayoría de ocasiones, el humor de Corbacho tiene una gracia bastante nula, no es una sorpresa el hecho de que la audiencia no sólo no respondiera bien ante tal espectáculo sino que, además, azotara sin compasión los índices del prime-time. "Todo el mundo es bueno" no llegó a alcanzar ni siquiera los dos dígitos de share en las últimas dos semanas de emisión (sólo se han emitido tres programas). La edición del pasado lunes se quedó en algo más de un 9%, lo que equivale a 1.270.000 espectadores. Un dato demasiado pésimo para la noche de Telecinco, cuyos responsables han decidido dar el ciao al espacio de La Competencia.

¿Qué pasará ahora con la bellísima Pilar Rubio? Después de otras sonadas caídas suyas en Mediaset como "Operación Triunfo", "Piratas",  "Cántame una canción" o el concurso "XXS" (emitido en Cuatro), el futuro de la madrileña con corazón de heavy está en manos del todopoderoso Paolo Vasile, consejero delegado de Mediaset España. Hay quienes piensan que el fallo está en rescatar a una pizpireta reportera de calle y ponerla, de la noche a la mañana, como presentadora estrella de un súper-programa en la franja de prime-time sin haber pasado por otras fases de rodaje y preparación. Hay quienes opinan, por otra parte, que Rubio es una chica mona "sin más", y cuestionan su talento delante de las cámaras. Veremos, en cualquier caso, qué ocurre y, de momento, reafirmamos, una vez más, algo que en televisión se ve día sí y otro también, le pese a quien le pese: "No Todo el Mundo es Bueno".